El Señor Jesucristo fue absolutamente lo que Él dijo (Juan 8:25). Pablo quería estar viviendo lo que él dijo y las circunstancias permitidas por el Señor en su vida fueron concedidas para ese verdadero propósito. (Col. 4:4). La realidad de lo que nosotros decimos se manifiesta en una manera práctica en nuestra vida. Cuando no hay una manifestación práctica de la verdad predicada, no hay poder en nuestras palabras. El hombre es rápido para destapar y menospreciar... grandes habladores, pequeños hacedores. El hombre de fe que vemos en 2 Timoteo 2:2, dispuesto para instruir a otros, debe necesariamente, ser hacedor de la Palabra, armonizando, como Pablo, doctrina y forma de vivir (conducta) (2 Timoteo 3:10). Lo que hemos escuchado y visto en Pablo (Filipenses 4:9) debemos entonces de oir y ver en ese hombre en el cual tú y yo debemos ser parte. Con nosotros esto significa: nunca hacer menos y decir más de lo usual, a menos que uno necesite ser liberado de un carnal espíritu de miedo, entonces decir menos y hacer más. Y si alguna vez hay que decir algo, de lo cual no estamos viviéndolo, puede que produsca un profundo ejercicio para poner en linea el balance de lo que decimos y hacemos.
NOTA: Todas las referencias Bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera 1960, a menos que se especifique de cual otra versión fueron tomadas. Todo material sin firmar está inspirado por Ec. 12:11. Mándanos toda correspondencia, comentarios y sugerencias a: sembradorescotidianos@tlb.sympatico.ca
Ultima actulización 2008/09/15