Meditación número 15

El Urim y el Tumim


Estas dos palabras plurales hebreas significan, respectivamente, "luces" y "perfecciones". Estaban asociadas con el pectoral que usaba el gran sumo sacerdote y se utilizaba para comunicar la mente de Dios a su pueblo (Éx 28:30). De esta manera se usaban, al igual que piedras preciosas, en el corazón del sumo sacerdote (Lv 8:8). A través del Urim y el Tumim, Dios podía comunicar su mente, en diferentes ocasiones, Su mente perfecta, lo cual traía luz a su pueblo en cuanto a cómo debían andar o actuar. Y esta luz manifestaba la perfección tanto del Señor como de Su sabiduría y guía. Nadie puede definir con exactitud qué eran físicamente el Urim y el Tumim, lo cual Dios ha decidido no revelarnos; pero sabemos que son parte de las sombras de las cosas venideras y que el cuerpo es de Cristo (Col 2:16-17, He 9:11). Ahora en Juan 13, tenemos un precioso ejemplo donde se manifiestan las luces y perfecciones en el corazón de nuestro sumo sacerdote, el Señor Jesucristo. En esta porción, el Señor se humilló como un siervo que se inclina para lavar los pies de sus discípulos, un anticipo de su servicio para nosotros a la diestra de Dios (Ef 5:26). Unos pocos versículos después, todavía en Juan 13, querían saber quién era el que traicionaría a Jesús (v. 24). Nótese que Juan se apoya en su pecho como si estuviera interrogando su corazón (v. 25). Y Aquel en cuyo corazón hay luces y perfecciones, el verdadero Urim y Tumim de Dios, da luz y perfección. Juan obtiene su respuesta; puede saber quién es el traidor, él obtiene esta luz. Pero al reconocer a aquel a quien daría el bocado mojado (v.26), siendo así honrado por el Señor ante todos con esta singular marca de favor especial, llevaría a Juan a estar más ocupado con el traicionado, quien estaba actuando con tanta gracia hacia su cruel traidor. ¡Luz y perfección! Juan pudo saberlo sin que su corazón se distrajera de contemplar la gloria del Señor. El conocimiento, incluso en las cosas de Dios, enorgullece; pero crecer en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo mantiene el alma en la verdadera humildad, en sumo gozo y la conduce a una profunda adoración. En un día venidero, toda la tierra se beneficiará de las luces y perfecciones de Aquel cuyo reino será supremo.


NOTA: Todas las referencias Bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera 1960, a menos que se especifique de cual otra versión fueron tomadas. Todo material sin firmar está inspirado por Ec. 12:11. Mándanos toda correspondencia, comentarios y sugerencias a: sembradorescotidianos@tlb.sympatico.ca


Ultima actulización 2021/01/21

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