Meditación número 35

¡Mis ojos te ven!


Aquí tenemos tres ejemplos en los que los hombres vieron algo de Dios y sin embargo, fueron ocupados con ellos mismos: — En Job 42:5—6, se arrepiente el hombre mortal en el polvo de donde había sido tomado (Génesis 2:7, 3:19); — En Lucas 5:8 el hombre se reconoce a sí mismo como pecador y se siente incómodo en la presencia del Señor; — En Isaías 6:5 ante la santidad triple de Dios, el hombre se ve a sí mismo como un perdido y bajo la maldición. ¿Qué contraste con la libertad con la que, a cara descubierta, ahora podemos abrazar la gloria del Señor (2 Cor. 3:18), Ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara a cara (1 Cor. 13:12). La obra completa de Cristo nos ha hecho sentir cómodos en la presencia de Dios, poseyendo ahora una vida de resurrección, sabiendo que nuestros pecados son perdonados y que somos salvos, después de haber sido redimidos con la sangre preciosa de Cristo. Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe (Hebreos 10:22), venimos a nuestro Padre como hijos amados, y como los objetos preciosos del amor del Señor Jesús. Así, la obra de Dios fue hecha para que nosotros dejemos de estar ocupados con nosotros mismos, sin importar cual viles e indignos hayamos sido, sino más bien ahora ocupados con el Padre y el Hijo, los gloriosos objetos de adoración eterna. ¿Han visto tus ojos éstas cosas?


NOTA: Todas las referencias Bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera 1960, a menos que se especifique de cual otra versión fueron tomadas. Todo material sin firmar está inspirado por Ec. 12:11. Mándanos toda correspondencia, comentarios y sugerencias a: sembradorescotidianos@tlb.sympatico.cam


Ultima actulización 2010/03/30

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